En teoría los sistemas de control y verificación sobre seguridad de los medicamentos hoy por hoy debería ser cien por ciento confiable, pero por desgracia no siempre funciona de esta manera.
Incluso hoy en día hay varios casos en que se cometieron errores al respecto, y la mayoría de las veces la causa de estos errores depende de la burocracia, la cantidad de papeles que llenar para reportar un caso de sospecha de toxicidad es interminable y (erróneamente) no todos lo hacen. Y esto sucede en cualquier parte del mundo, aunque hay que decir que en los últimos años las cosas han mejorado decididamente.
Por desgracia, el poder y el papel desempeñado por las empresas farmacéuticas es crucial. Hubo un escándalo, que se produjo en Francia en 2009, sobre un medicamento llamado Mediator, que ayudaba al tratamiento de la diabetes, en realidad utilizado como anorexígeno, y esto demuestra la importancia del papel que pueden desempeñar lo económico, lo político y conveniencia de los médicos. En el futuro tenemos que dar una mayor seguridad a la población, a pesar de que la vigilancia epidemiológica en la mayoría de los casos funciona bien.